Desgraciadamente, todo el mundo está en llamas: África, América, Asia, Europa, Oceanía. Los incendios (no solo los dolosos) se están haciendo, cada vez, más intensos y frecuentes a causa de los cambios climáticos, acentuados también y sobre manera por la actividad humana. En la actualidad, más que nunca, los incendios representan un factor determinante para el clima y son un sinónimo de la crisis climática.

La desastrosa “estación de los incendios” se está prolongando, cada vez más, sobre todo, en nuestro planeta; para proteger el “hogar” en que vivimos, estamos obligados a afrontar esta situación de emergencia extrema: con el creciente número de incendios se están incluyendo zonas donde, hasta hace poco, nunca se habían producido como el Ártico, es la demostración y manifestación del problema.

Incendios y cambio climático forman parte de un “círculo vicioso”: a más incendios, más emisiones de gas invernadero y, por tanto, mayor número de acontecimientos meteorológicos extremos (temperaturas más altas con respecto a la media estacional, periodos de sequía más prolongados, derretimiento de los hielos e inundaciones). Cuanto más cálido sea el clima, mayor es el riesgo de que los incendios se propaguen, convirtiéndose un una amenaza que se tiene que evitar.

Por esto y por otra serie de válidos motivos, se ha hecho hoy fundamentalmente importante dedicar mayores recursos (sobre todo, de naturaleza económica y de tiempo) al control de los incendios que provocan un peligroso aumento de emisiones de CO2 y graves pérdidas de vidas humanas y biodiversidad.

El camino que tenemos que tomar es uno solo: reforzar, a nivel global, la “resiliencia” de los ecosistemas forestales creando y favoreciendo los sistemas de prevención, protección y conservación más adecuada: pasar de una “situación de emergencia” a un sistema de “prevención” a nivel gubernativo mundial.

El control de los incendios se ha convertido en un elemento de extrema importancia, y la ciencia y la tecnología han dado “pasos de gigante”, y están poniendo a disposición instrumentos de control y prevención muy eficaces. Nos referimos a satélites espaciales, que orbitan al rededor del planeta y con capacidad de predecir e individualizar los incendios activos, con extrema precisión. Las imágenes de los satélites y las coordenadas se transmiten a los centros de control terrestre, permitiendo a los bomberos una gran rapidez a la hora de intervenir.

Entre las distintas herramientas de seguimiento puestas a nuestra disposición, los mapas de interactividad de la NASA, o la Fire Information for Resouce Management System (FIRMS) se tiene que mencionar: con este mapa, el usuario puede ser capaz de conocer la situación diaria de los incendios a nivel global antes de tres horas desde el sobrevuelo del satélite.

El algoritmo de detección de incendios de este instrumento es capaz de controlar la temperatura de un potencial incendio con la del terreno circundante. Si la diferencia de temperatura supera el límite de “punto caliente” indicaría la existencia de un incendio activo; si el incendio fuera de pequeñas dimensiones, a causa de la resolución espacial del sensor, el satélite no será capaz de captarlo inmediatamente.

El mapa que se propone es un instrumento pensado no solo para los “expertos”, sino también para cualquiera que pueda estar interesado en conocer la actual situación de los fuegos presentes en este momento en nuestro planeta. El mapa ofrece la posibilidad de contrastar datos históricos.

NOTA: el mapa FIRMS ofrece dos modalidades de seguimiento: MODIS (Agua&Tierra) que posee una resolución en 1 píxel de 1 Km y marca los incendios activos comparando la temperatura con los píxeles cercanos (pero, en este caso, la detección depende de la gravedad y de la extensión del incendio que se ha descubierto y se está controlando). VIIRS (SUOMI NPP and NOAA-20) controla los incendios forestales activos, en base a las anomalías térmicas y su resolución espacial es mucho más precisa (1 píxel – 375 metros); esta modalidad es capaz de descubrir con mayor precisión los incendios más pequeños en la superficie.

Una vez expuestas estas precisiones “técnicas”, invitamos al público a visitar el mapa interactivo de los fuegos FIRMS.

Solo tenemos un hogar. Haríamos bien en cuidarlo.

Es necesaria una mayor concienciación sobre la salud de nuestro planeta para preservarlo para las generaciones futuras