La Basura Spacial

DEFINICIÓN – Por el término basura espacial se hace referencia al conjunto de deshechos del más distinto origen que orbitan alrededor de la tierra, como: etapas de cohetes, fragmentos de satélites, pedazos de pintura, polvo, materiales expulsados por los motores de las distintas etapas del cohete, líquido refrigerante expulsado por los satélites nucleares y otras partículas minúsculas.
Los primeros objetos en el espacio se remontan al 1957, el precursor en la órbita terrestre fue el Sputnik-1 de la Unión Soviética. Desde ese momento, los lanzamientos han aumentado y, consecuentemente, los residuos espaciales han elevado el riesgo de colisiones con los satélites que se encuentran alrededor de la tierra.
No se conoce todos los pedazos que caen diariamente a la tierra, uno o dos despojos que podrían causar quemaduras y contaminación atmosférica, capaces de poder reducir la capa de ozono de la atmósfera.
Esta es la razón por la que se llama basura espacial, pero que es, sobre todo, un arsenal de proyectiles. En los últimos decenios, la space junk se ha transformado en una amenaza constante y, cada vez más seria para la seguridad de las actuales y futuras misiones espaciales y, sobre todo, para la seguridad de nuestro planeta y de nuestras propias vidas.
La primera colisión documentada por la basura espacial se remonta a 1996, cuando un satélite francés fue golpeado y dañado por los restos de un cohete, también francés, que explotó un mes antes. Pero la verdadera preocupación se manifestó en 2007, cuando el satélite meteorológico chino FengYun-1C se destruyó totalmente por realizar un test sobre el comportamiento de las “armas antisatélite” y generó un problema de seguridad. Esta traba ha logrado niveles de gravedad superiores en 2009, cuando sobre Siberia, a casi 500 millas de altura, dos satélites (uno americano Iridium 33, operativo todavía, y el ruso Kosmos 2251, que se encuentra en desuso en la actualidad) colisionaron a una velocidad de 22.300 millas a la hora y creando una nube de restos sólidos.
Desde el impacto catastrófico de estos satélites se ha planteado una pregunta sobre la basura espacial.
En 2021, se ha agravado la situación, ya, de antemano, comprometida. Rusia ha realizado otro test de “armas antisatélites”, desintegrando el satélite Kosmos-1408 de más de dos toneladas de peso.
La NASA, por otra parte, posee una serie de directrices históricas que se han utilizado para evaluar la amenaza de un paso cercano a la basura espacial. Este acercamiento sería bastante para justificar una acción evasiva, por la seguridad de la Estación Espacial Internacional (ISS) y de sus ocupantes o también para la salvaguardia misma de los satélites operativos en órbita alrededor de la tierra,[1] gracias a la utilización de sofisticados sensores situados en la corteza terrestre e interconectada constantemente. Este sistema es conocido como “inspecciones y monitoreo de satélites”. Por consiguiente, la NASA es capaz de determinar y asignar el tamaño de los objetos (satélites y residuos) presentes en la “baja atmósfera”.
[1] La trayectoria de los residuos espaciales en órbita alrededor de la tierra se estudia y predice, del mismo modo que los controladores aéreos regulan y controlan a los aviones.