Introducción: comparaciones
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La gráfica nos presenta el contraste de la explotación de los recursos de la tierra (bosques y energía), los daños ambientales y climáticos (aumento de las emisiones de CO2, de la temperatura, del nivel de los mares y del deshielo de los glaciares) causados por el hombre. Los datos que se muestran tienen que ver y ponen en relieve la situación que existía en 2000 (columna de la izquierda) y la de 2021 (columna de la derecha), exactamente dos decenios entre ellas. Desde un examen atento emerge que el modus operandi del hombre ha empeorado. Los parámetros de referencia sobre el “estado de salud” de nuestro planeta ha aumentado, negativamente, de forma significativa.
Observando lo que le está sucediendo al clima mundial y es fácil intuir cómo la humanidad espera, todavía hoy, una economía basada en el consumo de combustibles “fósiles” que se caracteriza por la explotación del carbón o el petróleo. La economía global es todavía muy reacia a un “cambio de dirección” que exija la adopción de soluciones y remedios nuevos y limpios, como las energías eólicas, hídricas y solares.
Desgraciadamente, la lentitud de este obligado “cambio de dirección” a causa de una equivocada percepción que la misma sociedad global tiene de los efectos negativos del cambio climático, que se percibe como “distante de un potencial daño permanente”. La verdadera situación es que estamos corriendo un riesgo de desatención de la mayor parte de los Objetivos fijados en el Acuerdo de París (2015) que se adoptaron para ayudar a alcanzar un futuro más sostenible.
La pandemia nos ha llevado a una realidad sobre la fragilidad de la sociedad humana y esto nos está empujando a una reconsideración de nuestra relación con la naturaleza y el clima. Si con la pandemia hemos conseguido una vacuna, que nos ha permitido resolver el problema; con el cambio climático la situación es más compleja y las soluciones siguen siendo muy lentas. Pero el cambio climático representa una “enfermedad crónica” para la tierra que para la sociedad humana es necesaria una verdadera transición ecológica dirigida al sistema económico, social y cultural más sostenible.
Hay que tener en cuenta que esta transición es un proceso muy largo, tenemos que tener en cuenta que se originó en la Revolución Industrial. De este modo, nosotros (no solo las instituciones y las organizaciones nacionales e internacionales) tenemos que realizar un trabajo titánico sobre nuestras consciencias, un trabajo dirigente que nos permita cumplir un cambio en nuestro estilo de vida para salvarnos a nosotros mismos y al planeta. Debemos actuar de forma efectiva porque es fundamental la oportunidad que se nos presenta hoy, mañana podría ser demasiado tarde.
2000 – 2021
¿Qué ha pasado en nuestro planeta en los últimos años?
2000
2021
Población

6,1 Millones de personas
7,9 Millones de personas
Temperatura Media

14,7°C
15°C
Extensión mínima de los hielos árticos

6,2 Millones de km2
3,7 Millones de km2 (Sept. 2020)
Subida del Nivel del Mar

+ 3,2 Milímetros al año
+ 4,8 Milímetros al año
Día de la deuda ecológica

23/09/2000
22/08/2020
Concentración de CO2 en la Atmósfera

370 Partes por millón
417 Partes por millón
Superficie Cubierta por Bosqueslee más

3,9 Billones de hectáreas
4 Billones de hectáreas
Basura producida

632 Millones de toneladas (total de países OCSE)
705 Millones de toneladas (total de países OCSE en 2019)
Cuota de Energía Eléctrica de Fuentes Renobables del Total de la Producción

18%
29%
Especies Animales o Vegetales en Riesgo de Extinción y Vulnerables

11.041 (Lista roja – UICN)
37.480 (Lista roja – UICN)