Proteger la Vida Bajo el Agua
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Los océanos, que cubren más del 70% de la superficie terrestre, no solo son el hábitat más extenso de nuestro planeta, sino que también desempeñan un papel importante en la regulación del clima de la Tierra. Sin embargo, los cambios climáticos cada vez más evidentes de las últimas décadas han alterado peligrosamente las características de nuestros océanos.
El efecto invernadero ha contribuido drásticamente al aumento de la temperatura del agua de los océanos: en los últimos 100 años, la tasa media de aumento de la temperatura del agua ha sido de unos 0,13 grados Fahrenheit por década. El agua más caliente se evapora más rápido, lo que alimenta la frecuencia y la violencia de las tormentas y, además, el aumento de la temperatura del agua ha contribuido a muchos otros daños en todas las aguas del planeta y en la vida marina, como, por ejemplo
- la degradación de los arrecifes de coral: esenciales para la continuidad normal de la cadena alimentaria de muchos animales marinos, los arrecifes de coral están desapareciendo mientras leemos estos párrafos, por desgracia, y lenta e inexorablemente;
- el aumento del nivel del mar: en los últimos 30 años, el nivel del mar ha subido al doble del ritmo de las tendencias anteriores: a medida que el agua se calienta, se expande, aumentando su volumen y, en consecuencia, elevando su nivel en todo el mundo;
- deshielo de los glaciares: un fenómeno muy peligroso que no solo provoca inundaciones más frecuentes, sino que también reduce los hábitats de la fauna local, como osos polares, focas y pingüinos;
- Aumento del nivel de acidez del agua: el CO₂ de la atmósfera es absorbido normalmente por el agua, provocando una disminución de los niveles de pH; esta disminución reduce a su vez las concentraciones de carbonato cálcico, impidiendo que muchas especies marinas como los corales, las almejas o las ostras formen sus conchas o esqueletos protectores.
La mejor solución para contrarrestar el deterioro de nuestros océanos es, por tanto, reducir las emisiones de CO₂, teniendo en cuenta que incluso si se detuvieran hoy las emisiones, se tardarían varias décadas en eliminar las enormes cantidades de CO₂ que hay actualmente en la atmósfera. Por eso es esencial que todos actuemos de forma inmediata y efectiva.
Reducir nuestra huella de carbono
El CO₂ no solo es la principal causa del calentamiento global, sino que también daña los océanos y los mares. Por eso, es necesario reducir las emisiones de dióxido de carbono de todas las formas posibles. Hay muchas acciones para contrarrestar esta gravísima amenaza y, de los muchos remedios, quizá el más eficaz sea reducir el uso de combustibles fósiles y adoptar y utilizar más fuentes de energía renovables y limpias.
Dieta a base de pescado: sana y sostenible
El cuidado de nuestros mares y océanos también depende de nuestra alimentación: una dieta a base de pescado es sin duda buena para nuestra salud y también para nuestro paladar, pero antes de sentarnos a comer, recordemos que muchas especies de peces se han agotado debido a las prácticas de pesca salvaje e ilegal: por tanto, es más responsable elegir entre productores que respeten las normas y adopten prácticas sostenibles.
Reduzca el uso de productos de plástico
Con una indiferencia y un desprecio vergonzosos por la salud de nuestro medio ambiente, cada año se vierten y arrojan al mar millones de toneladas de plástico en lugar de recogerlas y reciclarlas con diligencia. Utilizar artículos reutilizables como botellas de vidrio, guardar las sobras de la comida y usar bolsas de la compra duraderas y reutilizables son solo tres de las muchas acciones sencillas que tenemos a nuestro alcance para reducir en gran medida los residuos de plástico en nuestro entorno y reducir así este grave problema; al fin y al cabo, solo hace falta un poco de sentido común.
En vacaciones en la playa, relájese y respete el medio ambiente
Disfrutemos de todas las formas de relajación que pueden ofrecer unas vacaciones en la playa, respetando con sentido común el medio ambiente y la naturaleza que nos rodea y acoge. Intentemos no interferir con la fauna marina y el medio ambiente durante nuestras actividades: por ejemplo, evitemos retirar las rocas, la arena, los corales y las conchas que embellecen el paisaje e intentemos mantener limpias las playas recogiendo la basura y animando a otros turistas a hacer lo mismo, y, durante un paseo en barco, no tiremos al mar la basura acumulada.
Practique deportes acuáticos de forma segura y respetuosa con el medio ambiente
Buceo con tubo, submarinismo fascinante, remo, surf, windsurf, kayak, paseos en barco de vela o a motor, esquí acuático y mucho, mucho más: el mar ofrece la oportunidad de practicar muchas actividades deportivas en contacto con la naturaleza.
Divirtámonos y practiquemos nuestros deportes favoritos tomando todas las precauciones necesarias para evitar accidentes y lesiones, pero, al mismo tiempo, debemos evitar dañar a la propia naturaleza, por ejemplo, no perdiendo nuestro equipo en el agua, como las aletas o las gafas de buceo, mientras que, durante una excursión en barco cerca de la costa, permanezcamos atentos a los bañistas y a la vida y el hábitat marinos evitando navegar y bucear en zonas prohibidas o protegidas.
Evite los productos elaborados a partir de la biodiversidad marina
Por desgracia, en los mercados y tiendas locales se venden muchos productos elaborados a partir de la fauna y el hábitat marinos, como pendientes, pulseras y collares hechos con caparazones de tortuga o coral. Evitar la compra de este tipo de productos es sin duda un noble objetivo para salvaguardar la naturaleza marina.
¿Quiere o tiene una mascota?
Siempre que compremos comida para nuestros amigos de cuatro patas, es una buena idea comprobar la etiqueta y el contenido del producto que estamos comprando (origen, tipo de procesamiento, tipo de ingredientes utilizados y fecha de caducidad) y, cuando compremos comida para peces, debemos recordar la sostenibilidad de los productos del mar.
Si, por el contrario, nuestro amigo es un gato, nunca arrojemos arena para gatos a las aguas residuales porque podría contener agentes patógenos muy perjudiciales para la vida marina.
Apoye a las organizaciones de protección de los océanos
Existen numerosas organizaciones e institutos públicos y privados que se dedican a proteger los océanos: investíguelos, contribuya a su causa y dedique algo de tiempo a concienciar sobre los nobles esfuerzos de estas organizaciones, que suelen estar financiadas por los gobiernos locales. Sin embargo, en nuestra comunidad podemos organizar campañas para recaudar incluso pequeños fondos para donar a estas instituciones.
Implique a la comunidad
Póngase en contacto con los administradores y representantes políticos de las localidades costeras, como el alcalde o los concejales, para explicarles nuestras intenciones de organizar iniciativas y actos locales en apoyo de proyectos de conservación del hábitat marino.
Si es posible, implique también a personalidades del deporte y el espectáculo para que participen en estos actos públicos: el objetivo es «captar» y aumentar la atención, el interés y la concienciación del público. Este tipo de iniciativas también contribuyen a aumentar el sector turístico y la belleza de nuestra población costera.
El conocimiento de los océanos también beneficia a la vida en la Tierra
La vida en los océanos está inextricablemente ligada a la vida en tierra: ¡es a partir del agua que se propaga la vida! Por lo tanto, conocer el sistema de vida marino ayuda a comprender mejor el sistema de vida terrestre.
Conocer los peligros y las amenazas que pesan sobre los océanos y los mares ayuda a concienciar sobre lo importante que es proteger todos los hábitats naturales: debemos compartir estos importantes conocimientos para educar e inspirar sobre todo a nuestras generaciones más jóvenes.