Seguridad alimentaria


food security

Los graves problemas de la desnutrición están íntimamente unido al tema del cambio climático. La reducción de las cosechas y la disminución de alimentos de algunos productos derivados de los daños provocados por el clima, son el tema central que no podemos infravalorar porque son capaces de causar daños importantes a nivel socio-económicos. Por ejemplo, el aumento de precios de algunos productos alimenticios, sobre todo, los que tienen como base el arroz y el maíz, llegando a doblar el precio en los próximos decenios y colocando en una situación precaria a las poblaciones que están en situación de miseria.

La disminución de valores nutritivos de algunos cultivos (el aumento del CO2 en la atmósfera disminuye la concentración de nitrógeno en las plantas que, a la vez, causa una importante disminución de proteínas en algunos cultivos como maíz, soja, cebada y sorgo. En cambio, podría modificarse y empeorar las costumbres alimenticias de las personas y empujándolas a consumir alimentos nutrientemente más pobres y ricos en calorías, generando problemas unidos a la obesidad, convenciéndolos a evitar el consumo sano y provocando situaciones de malnutrición.

Para colmo, las actividades primarias como la pesca y la ganadería están destinadas a disminuir. La pesca, por ejemplo, está sometida a gran presión y sufriendo grandes daños que han causado una disminución de biodiversidad; sobre todo, las especies que podemos encontrar en nuestros platos, a causa del calentamiento global y la contaminación de los mares. Mientras que la ganadería, por un aumento del uso de fertilizantes químicos, está en peligro la calidad del pienso, lo que no solo afecta al ganado, sino a los consumidores de la carne.

Los resultados y las previsiones aparecidas en una investigación (University of Wisconsin – USA, 2014) son alarmantes: en la actualidad más de 800 millones de personas sufren hambre y en el futuro, si los comportamientos actuales se perpetúan, la producción alimentaria mundial podría sufrir una disminución del 2% por decenios, con una demanda alimenticia que podría aumentar un 14%. En África y Asia, zonas que hoy se consideran como “problemáticas” desde el punto de vista alimenticio, el cambio climático antes de 2050 podría provocar una reducción de un 8% en la cosecha de maíz, grano, mijo y sorgo y más de 25 millones de niños podrían sufrir graves riesgos de malnutrición.

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Es necesaria una mayor concienciación sobre la salud de nuestro planeta para preservarlo para las generaciones futuras.

Solo tenemos un hogar.
Haríamos bien en cuidarlo.